EzukeGyaru - Capitulo 01
Capítulo 1 – Todos Tienen un Lado Talla L que Solo Muestran a la Familia
Las chicas normales no quieren tener un amor secreto. Incluso las chicas que no son normales probablemente sienten lo mismo.
Más o menos un mes después de empezar la preparatoria, tu lugar en el aula tiende a acomodarse de forma natural.
—¿Viste Spy Darling ayer? Adaptaron el Capítulo 3 del manga, ¿verdad? ¿Sabes esa escena── justo antes de que Anastasia salte del helicóptero en llamas── donde ve su reflejo en la ventana y se preocupa por su cabello? En el manga es solo un cuadrito pequeño, pero el anime le dio tanto tiempo y lo animaron tan suavemente… en serio, el equipo lo entendió. Ese momento muestra totalmente la personalidad de Ana, ¿no crees? O sea, no tiene sentido preocuparse por tu cabello cuando estás a punto de lanzarte en paracaídas. Pero porque sabe que Jay la está esperando en tierra, incluso en un helicóptero que se estrella, aún se preocupa por cómo se ve… esa mezcla de feminidad y despiste fue representada perfectamente… en serio, fue increíble.
Lo solté todo de golpe.
Frente a mí estaban dos de mis amigos. Aunque me dejé llevar y hablé por un buen rato, ninguno de los dos parecía molesto en lo más mínimo.
Era la hora del almuerzo. La esquina del salón, frente al armario de suministros, era el lugar habitual de nuestro grupo. Como no estorbaba a los demás compañeros, era el lugar perfecto para que nuestro trío otaku pudiera pasar el rato y charlar.
—Houri, que tú digas todo eso──
Houri. Ese soy yo.
──No había estado prestando atención a Spy Darling, pero tal vez le dé una oportunidad.
—¿Cómo que no habías? El manga es increíblemente popular.
—Soy del tipo de otaku que no sigue lo que está de moda, solo para sentirme único.
—¿Qué clase de otaku es siquiera ese?
Este sabor ligeramente molesto de otaku era Kudou Tsunakichi. Uno de los amigos que hice al comenzar la preparatoria. Todo extremidades delgadas y brazos largos── si lo describiera así, podrías imaginarte a un modelo o algo, pero ni de cerca es elegante. Es más… flacucho de forma poco saludable. Si tuviera que compararlo con otra criatura, da vibras de mantis religiosa. Su marca registrada son unas gafas redondas sin montura.
Escuchando nuestra conversación estaba nuestro otro amigo, que soltó una risa.
—Tsunakichi-kun, tienes que ver Spy Darling. Yo también estoy enganchado.
—Ahh, es cierto, Rokuhara Kikutarou, tú dijiste que también lo estabas leyendo, ¿no? ¿En qué volumen va el manga ahora?
—En el ocho. Pero antes de eso, deberías leer Teen’s Star.
—…¿Qué es eso?
—La obra debut del autor. Soy fan desde Teen’s Star. Spy Darling ya es una obra maestra a estas alturas, pero para entenderla realmente, tienes que empezar desde su debut. En aquel entonces, el autor se enfocaba únicamente en la angustia de las chicas usadas como herramientas para matar. Pero en Spy Darling, están intentando mostrar conscientemente lo que hay más allá de esa angustia. Tienes que experimentar esa historia. Honestamente, Tsunakichi-kun, desearía que pudieras viajar en el tiempo al día en que se publicó el Capítulo 1 de Teen’s Star en la revista. Como, simplemente caer en una grieta temporal o algo así.
Había una intensidad extraña escondida en su tono tranquilo. La boca de Tsunakichi se abrió por la sorpresa. Al ver a esos dos, no pude evitar sonreír.
—Eres igual de pesado que Tsunakichi, Kikutarou.
—Qué grosero. Yo soy simple. Solo pienso que si amas algo, deberías tener tanto curiosidad como una filosofía personal sobre ello.
Un autoproclamado “otaku simple.” Ese es Rokuhara Kikutarou. Tiene ese aire de otaku a la antigua, del tipo que ha existido desde antes de que naciéramos── conocimiento profundo de lo que ama, ansias de coleccionar, una conciencia solitaria pero orgullosa de ser un marginado, y el deseo de elevar ese estatus a algo noble. Entre los tres, es el más sereno. El tipo de amigo con el que es fácil hablar.
—Habla de un manga de hace siete años todo lo que quieras, pero ¿no tienes curiosidad por el episodio de la próxima semana? …Mira.
Saqué mi celular y abrí un sitio de videos. Giré la pantalla hacia Tsunakichi y Kikutarou para que pudieran verlo.
—El canal oficial ya subió el avance del siguiente episodio… Échenle un vistazo.
El video comenzó a reproducirse.
Apresuradamente le bajé el volumen cuando empezó el audio. Algunos compañeros cerca aún estaban comiendo y charlando. Teníamos que ser considerados.
Era una pena que no pudiéramos oír el sonido, pero incluso solo la animación era lo suficientemente impactante por sí sola.
—¿Y bien?
—No sé cómo voy a aguantar una semana entera ahora.
—Rayos, esto es una locura. Normalmente veo anime en sitios de streaming, pero ¿sabes qué día salen los episodios nuevos?
—Ugh, qué asco dan, en serio.
Solo una escena típica de la hora del almuerzo. Pero me sentía genuinamente feliz.
Hablar de anime con estos dos amigos, en esta esquina del aula── se sentía como una auténtica página de juventud.
Quizás es muy pronto para decirlo después de solo un mes de preparatoria, pero realmente sentía que había conseguido justo el tipo de “vida escolar que me queda” con la que soñaba antes de entrar. Y si pudiera pasar descansos tranquilos como este cada día de ahora en adelante…
…Espera un segundo.
¿No dijo alguien algo grosero recién?
Tsunakichi y Kikutarou también debieron notarlo, porque los tres levantamos la cabeza de la pantalla del celular al mismo tiempo.
Y ahí estaba ella.
—Holaaaa, chicos otaku~ ¿Hablando de anime otra vez?
Ugh.
Ese sonido estuvo en la punta de nuestras lenguas, pero apenas logramos tragárnoslo.
De alguna forma, se había deslizado justo junto a nosotros mientras estábamos agachados sobre el celular y empezó a ver el video también.
Su nombre era Sakura Kouzuki.
Una de las figuras centrales de nuestra clase. Cabello teñido largo, uñas decoradas, varios piercings y uno industrial grande en su oreja derecha. Su falda corta y el suéter atado a la cintura resaltaban sus piernas esbeltas y hermosas.
Pero ningún accesorio podía opacar la belleza natural del rostro de Sakura Kouzuki. El hecho de que usara poco maquillaje demostraba que era plenamente consciente de ello.
Hablaba con todos en clase sin distinción. Si te dirigía la palabra siquiera una vez, no podías evitar pensar, Alguien tan brillante me habló a mí… y por un momento, todas tus ansiedades silenciosas sobre encajar y sobrevivir en la escuela parecían desvanecerse.
Sakura Kouzuki irradiaba ese tipo de calidez natural── hacia absolutamente todos.
Ese era simplemente el tipo de persona que era.
Una chica de ensueño de esas que solo aparecen una vez en la vida… parecía que todos en clase la veían así.
…
Está bien, eso es suficiente halago para ella.
Incluso nuestro pequeño trío otaku no era inmune a ese efecto de chica de ensueño.
Pero en nuestro caso, era más como una pesadilla.
Todos pensábamos que era increíble, claro.
Pero habíamos aprendido bien en este último mes: la pureza puede ser un arma peligrosa.
—S-Solo estamos, uh, viendo el a-a-adelanto del a-a-anime, s-señorita… ¡sí!
Tsunakichi tartamudeó su explicación, y Sakura Kouzuki sonrió.
—¡Veámoslo de nuevo desde el principio! Solo alcancé a ver el final recién… Pásame tu celular~
—Oh.
Me arrebató el celular de las manos.
Con sus uñas pulidas, tocó la pantalla suavemente y reinició el video desde el principio.
Luego, al darse cuenta de que el video estaba en silencio… hizo lo impensable── subió el volumen.
『¡La próxima semana en Spy Darling!』
Una voz moe aguda (cortesía de la superpopular seiyuu Hanamizaka Koyori) resonó por todo el aula.
Kikutarou se cubrió la cara. Tsunakichi empezó a temblar.
Un grupo de compañeros cerca, que estaban almorzando, desvió la mirada incómodamente de nosotros y volvió en silencio a concentrarse en sus comidas.
『¡Darling, esto es terrible! ¡La capital está atrapada en una guerra a tres bandas entre terroristas, mafiosos y piratas! ¡El presidente huyó!』
—¡Tan linda! ¿Quién es esta chica? ¡Es increíble! ¡Y las escenas de pelea están súper geniales!
Los ojos de Sakura Kouzuki brillaban de emoción.
Mientras tanto, nosotros tres── Tsunakichi, Kikutarou y yo── ya no teníamos las mismas expresiones que cuando veíamos el video antes. Nuestras caras estaban completamente apagadas.
Quizá, para ella, poner un video con sonido en medio del salón solo porque le gustaba no significaba nada.
Pero para nosotros, que estábamos en lo más bajo de la escala social, hacer algo así era motivo de ansiedad── ¿y si la gente pensaba que estábamos presumiendo? No era algo que pudiéramos hacer a la ligera. Claro, con Sakura Kouzuki a nuestro lado, nadie nos miraba con desprecio como para decir “Ugh, ¿por qué los nerds están actuando como si fueran algo?” Pero aun así, no podíamos evitar sentirnos un poco culpables, como si estuviéramos alterando la paz.
『¡Pero no pasa nada! ¡Este es exactamente el tipo de momento en el que brillamos! Como Darling es un espía amable que no quiere matar a nadie, ¡yo me encargaré de toda esa escoria rebelde por él! …¡Espera, espera, ¿por qué Darling está tratando de detenerme!?』
—¡Oh! ¡Sus pechos se movieron!
Exclamó feliz Sakura Kouzuki, señalando a la heroína── Anastasia── en pantalla.
Tsunakichi y Kikutarou se congelaron visiblemente. Sentí un nudo en el estómago.
Tsunakichi se rascó la parte trasera de la cabeza con los cinco dedos al mismo tiempo y respondió:
—Eh, ¿s-sí…? ¿S-se movieron, dices…? N-no me di cuenta en absoluto… oh, pero, bueno, tal vez un poco… ¡Eso fue lo que pensé, personalmente!
Sonaba como la réplica tras un terremoto de magnitud dos.
Éramos, por naturaleza, el tipo de otakus que no sabían tratar con chicas. Y mucho menos sabíamos cómo manejar chistes subidos de tono viniendo de una chica del más alto nivel. Ninguno de nosotros tenía idea de cómo reaccionar.
『¿¡Podrá Darling detener mi alboroto!? ¡No te pierdas el próximo episodio! ¡Y ahora sigue── Secret Service, Secret Serviiice!』
El video terminó.
Ese minuto se sintió eterno.
Sakura Kouzuki siguió hablando con la misma energía alta que usaba con su círculo social habitual, en la cima de la jerarquía de la clase.
—¡Eso fue tan divertido! Normalmente nunca veo cosas como esta, así que poder verla de vez en cuando con ustedes, los chicos otaku── de verdad me encantó. Anastasia-chan, ¿cierto? ¡Era tan linda! Pero, ¿no era como… demasiado sexy? Sus pechos, sus muslos, ese vestido que parecía de boda pero en miniatura── tan sexy. ¡Me encanta ese tipo de cosas! Y esa criaturita rara que a veces tenía sobre la cabeza también era adorable. ¿Cómo se llamaba? ¿Conejo subterráneo o algo así? Me pregunto si pelea, o tal vez se transforma en un arma.
—Angora.
Su charla a toda velocidad se detuvo en seco.
Tsunakichi y Kikutarou me miraron fijamente, claramente sorprendidos de que la hubiera interrumpido. Sus caras decían “No lo hagas,” pero aun así seguí hablando.
—Conejo angora. Una raza de pelo largo que parece algodón de azúcar. Es una raza antigua, y además de tenerlos como mascotas, se han criado en todo el mundo por su lana── lana angora. Por el nombre, la gente cree que vienen de la República de Angola, pero su verdadero origen es Turquía… Llamarlo “conejo subterráneo” suena a algo que encontrarías en el mercado negro.
La interrumpí porque ya era hora.
Si dejábamos que su charla inocente continuara, los tres hubiéramos terminado completamente drenados.
Sakura Kouzuki infló las mejillas con una falsa expresión de enojo y se plantó frente a mí, haciendo un puchero con los labios.
Estábamos a menos de treinta centímetros de distancia. Era ese tipo de cercanía que haría a la mayoría de los chicos súper conscientes de su espacio personal.
Es alta para ser chica. Me miró desde abajo, con una expresión desafiante.
—¡Ahí está! ¡El otaku más engreído de todos!
—He estado aquí desde el principio. Además, ese celular… es mío.
Le arrebaté el teléfono de la mano.
—’Spy Darling’ definitivamente tiene ese atractivo sexy del que hablabas, Kouzuki-san. Pero eso por sí solo no basta para que una obra venda más de un millón de copias en su primer año. Es la forma en que muestra con tanto cuidado el primer amor de la espía, el conflicto interno que eso le genera, y cómo su época de no tener nada que perder llega poco a poco a su fin. Eso es lo que realmente atrapa el corazón de la gente. ¿Quieres que te mande luego el enlace a la entrevista del director? …Espera, no lo digo como excusa para seguir hablando contigo ni nada, es solo que… eh…
Mientras empezaba a trabarme, sentía las miradas preocupadas de Tsunakichi y Kikutarou clavadas en mi espalda.
Mientras tanto, Sakura Kouzuki sonreía con confianza. Como si estuviera viendo a un otaku autodestruirse y ya estuviera completamente convencida de su victoria.
—De verdad te gusta Anastasia-chan, ¿eh, Otaku-kun? Pero, sabes──
Me dio un golpecito en el pecho con el dedo. Un poco más fuerte que cuando tocaba la pantalla del celular.
—Anastasia-chan está enamorada del protagonista, ¿cierto? Entonces, ¿por qué te gusta tanto? No tienes ningun chance, Otaku-kun. Y vamos, las chicas que llaman “Darling” a alguien ya no existen. Probablemente nunca existieron. El anime está bien, pero en serio, Otaku-kun, deberías aprender más sobre las chicas de verdad… Seguro hay al menos una persona en el mundo que podría enamorarse de un chico como tú.
…
Derrota total. Esa fue su perfecta venganza por haberle interrumpido la diversión.
Luego se fue caminando, dejando a los tres allí de pie, en estado de shock.
Justo al irse, miró hacia atrás y sacó la lengua. Luego, como si nada, se deslizó de nuevo entre su brillante grupo de amigos del primer nivel. Uno de los chicos, un jugador de fútbol alto, le gritó:
—¿Pasó algo? No me digas que tú y Kazami-kun pelearon.
(Kazami es mi apellido.)
—Nah, nada que ver. Solo nos llevamos bien, así que bromeamos, ya sabes.
Probablemente toda la clase escuchó ese intercambio.
Justo después, el ambiente en el aula se relajó y volvió la vibra habitual de la hora del almuerzo.
No me había dado cuenta mientras estaba atrapado en medio de todo, pero parece que nuestros compañeros estaban un poco tensos con eso de que Kouzuki hablara con los otaku. No es que sintieran pena por mí ni nada. Es solo que cuando alguien como Sakura Kouzuki── popular y con muchos amigos── se molesta, temen que las consecuencias los salpiquen a ellos también. Como cuando el humor de un padre puede cambiarle el día a un niño pequeño── probablemente era eso lo que les preocupaba.
Tsunakichi murmuró:
—Uf… Así que hoy fue uno de esos días en que Kouzuki-san quiere hablar con nosotros, ¿eh…?
Esa sola línea resumía cómo nos sentíamos tanto Kikutarou como yo.
Sakura Kouzuki nos habla── a los que estamos en la esquina del salón── unas dos o tres veces por semana.
—Y cuando lo hace, las cosas suelen ir como hoy. Nuestra tranquila charla otaku se escucha a todo volumen por todo el salón de clases, y quedamos completamente expuestos. (Aunque es raro que yo me lleve la peor parte tan dramáticamente como hoy).
El problema es que todos sabemos que no lo hace con mala intención, así que nadie puede reprochárselo. Ni siquiera Tsunakichi o Kikutarou pueden rechazarla de verdad.
Aunque me dijo que “preste más atención a las chicas reales”, Kouzuki no es del tipo que menosprecia el anime, el manga ni las cosas de otakus en general. Cuando dice que algo es asqueroso, en realidad es su manera de mostrar afecto. ¿Ese tono sádico y burlón? Es porque piensa que somos lo suficientemente cercanos.
—Bueno, supongo que es algo bueno, ¿no? Una chica hermosa como Kouzuki-san normalmente no hablaría con tipos como nosotros… Pero últimamente me he dado cuenta de algo── ¿no se para más cerca de nosotros que de los chicos de su propio grupo?
—Quizás es porque ni siquiera nos ve como chicos.
—Supongo que no ser vistos como hombres tiene sus ventajas, ¿eh?
Tsunakichi… ese tipo de cosas no deberías decirlas tan en serio.
Seguían hablando mientras lanzaban miradas ocasionales hacia Kouzuki, que ahora charlaba felizmente con su grupo principal de amigas en el centro del salón.
—“Las chicas ya no dicen Darling”, ¿eh…? Hablando de frases pasadas de moda── ¿sabías que la palabra gyaru solía referirse a chicas llamativas como Kouzuki-san? Como mobo y moga en aquellos tiempos.
—Claro que lo sé. En el mundo otaku todavía se usa ese término para describir rasgos de personajes.
—¡Exacto, exacto! …Desde ese punto de vista, en realidad creo que Kouzuki-san es bastante genial.
—…¿Te refieres a que, si fuera un personaje de manga o anime, sería súper popular?
—¡Probablemente compraría su doujinshi!
Kikutarou le lanzó a Tsunakichi una mirada de asco. Tsunakichi respondió retorciéndose de forma exagerada.
—Kouzuki-san siempre nos asegura con confianza que nunca conseguiremos novia, pero curiosamente, ella tampoco tiene.
Era un rumor bien conocido en nuestro año.
Sakura Kouzuki era preciosa, pero sin importar cuán bueno fuera el chico, nunca aceptaba.
Su respuesta siempre era la misma:
—Lo siento, simplemente no puedo pensar en nadie más que en mi hermano mayor.
Al parecer, realmente creía que esa línea sería aceptada tan fácilmente como un “Estoy concentrada en mis estudios” o “Ahora mismo estoy muy metida en las actividades del club”.
Pero claro, cada chico que la escuchaba quedaba atónito, y luego se retiraba incómodamente del lugar.
Al mes de comenzar las clases, todos habían llegado a la misma conclusión: Probablemente el rumor sea cierto. (Lo que significa que tantos chicos lo habían intentado y habían fracasado.)
—Una brocon gyaru, ¿eh? Sí, eso suena como algo de ficción. Yo planeo pasar mi vida saliendo solo con personajes 2D, así que no me importa el romance real, pero incluso si decimos la misma frase── “No voy a tener novia”── suena muy distinto viniendo de mí que de ella. “No es que no quieras, es que no puedes”, ¿verdad? Me molestaron con eso al menos doscientas veces en la secundaria.
—Qué envidia, hombre. Solo por haber nacido como el hermano de Kouzuki-san ya recibe todo ese afecto de una hermana tan linda.
—Incluso si es su hermano de sangre, no estaría tan obsesionada con él a menos que fuera alguien especial… Lo más probable es que tenga una apariencia de ídolo, sea súper atlético, vaya a una universidad de primer nivel, tenga habilidades sociales increíbles, que todo el mundo lo adore, un sentido de la moda espectacular, que brille al caminar… tal vez tenga oído absoluto también. Y encima de todo eso, seguro que es del tipo que nunca echa los calcetines sucios al cesto al revés ni nada por el estilo.
—¡No hay forma de que alguien así exista en la vida real! Pero… supongo que sí existen… Maldita sea, la realidad es brutal.
Apoyado contra el armario de limpieza, escuchaba en silencio la conversación entre Kikutarou y Tsunakichi.
Esperaba en silencio a que el tema regresara de Sakura Kouzuki al anime.
Tsunakichi se dio vuelta de repente con una explosión de entusiasmo.
—¡Ahh! ¡Se me acaba de ocurrir algo increíble! ¡Un nuevo género: ¡Gyaru que es dura con los otakus! ¿Qué opinas, Kazami?
—Probablemente eso ya sea una gyaru normal.
Desde nuestra escuela, si vas todo el camino hasta Ikebukuro y haces dos transbordos más, eventualmente ya no hay nadie más con el mismo uniforme escolar.
Es mi rutina habitual después de clases. Mi ruta habitual de regreso a casa.
Cuando me bajo en mi estación local, Shinohana-chou, siento cómo mi ánimo cambia de “activo” a “descanso”.
Salgo de la estación con pasos relajados. Al atardecer, la plaza frente a la estación tiene más compradores de la calle comercial cercana y grupos de universitarios que trabajadores de traje. Me abro paso entre ellos y me adentro en el distrito comercial.
Hay una zapatería, un cerrajero, un cibercafé, un izakaya, un restaurante chino… Algunas tiendas están llenas de clientes, mientras que otras parecen olvidadas.
Me detengo frente a una.
Daily Shiroboshi.
Es mi supermercado de confianza.
No hay padres en la casa donde vivo.
Pero eso no significa que viva solo── hay una persona con la que vivo. Sin embargo, esa persona nunca cocina, así que la preparación de las comidas recae totalmente en mí.
Por eso, de camino a casa desde la escuela, suelo parar en el supermercado.
Entro. El suave aroma de las verduras cerca de la entrada me da la bienvenida.
Mientras recuerdo lo que queda en el refrigerador, recorro la tienda.
Mi canasta de compras se va llenando poco a poco. Los huevos de siempre. El pan de seis rebanadas que es el segundo más barato. Avena que ya casi se acaba. Tomates cherry, que desaparecen rápido porque mi compañero de casa los devora sin parar…
En la sección de pescado fresco, tomo un paquete de filetes de pescado rojo. Tengo ganas de comer pescado guisado por primera vez en un buen tiempo. La tienda solo vende filetes de pescado rojo en paquetes de tres, lo cual es algo incómodo cuando solo somos dos. Tal vez deje una sugerencia en la caja de comentarios: “¿Podrían venderlos en paquetes de dos?” …¿Molestaría eso al personal?
En el camino, una anciana encorvada me extendió un paquete de muslos de pollo y me dijo:
—¿Podrías decirme cuánto cuesta esto por cada 100 gramos? Ya no puedo leer letras pequeñas a mi edad.
Le leí los números bajo el código de barras.
Me formo en la caja registradora. Al lado, un pilar con un espejo refleja mi imagen. Noto que estoy algo encorvado, así que enderezo mi postura. Naturalmente, el chico en el espejo hace lo mismo.
Pienso para mí mismo── Realmente no parezco un estudiante de preparatoria.
Quiero decir, tengo el blazer abotonado hasta arriba, mi cabello es simple y sin peinar, y llevo la típica mochila escolar. Eso da un aire de “estudiante ejemplar”── pero sé que eso no es lo que realmente define a un estudiante de preparatoria.
Los que verdaderamente parecen estudiantes de preparatoria son los que están en el centro del salón── los que personalizan su uniforme hasta el límite de las reglas. Ellos son los que la sociedad ve con una sonrisa y llama “juveniles”. Incluso miran a alguien que lleva el uniforme correctamente y piensan: “¿No es eso algo flojo, de cierto modo?”── y eso es algo que no se puede olvidar.
Después de salir del supermercado, estiro los brazos. La pequeña satisfacción de haber conseguido los suministros de hoy me llena de una sensación tranquila de bienestar. Odio los gastos innecesarios, pero en realidad me gusta comprar lo esencial del día a día.
Paso por la calle comercial con mi bolsa de compras en la mano. Tras una breve caminata, llego a un edificio de apartamentos de doce pisos llamado Soul Love Shinohana.
Desbloqueo la puerta automática, tomo el ascensor hasta el décimo piso y me detengo frente a mi habitación.
Habitación 1008. Mi hogar.
Abro la puerta y finalmente regreso por hoy.
Primero, dejo la bolsa del supermercado en la cocina. Luego voy a mi habitación, me cambio el uniforme escolar por una camiseta y pantalones deportivos. Después, guardo las compras en el refrigerador.
El teléfono que había dejado sobre la mesa del salón vibra. Es un mensaje de mi compañera de piso. Dice que hoy está con sus amigas y que volverá alrededor de las siete. Le respondo rápidamente: “Entendido”.
Mientras hago la tarea y repaso el material de clase, el tiempo vuela. Ya son más de las 6:40.
Frotándome los hombros, entro a la cocina. Planeo tener la cena lista para cuando ella llegue.
De pie frente a la estufa de tres quemadores, mi ánimo se eleva de forma natural.
Ya había decidido el menú mientras hacía las compras en Shiroboshi.
Tomo dos filetes de pescado rojo del paquete y los coloco con la piel hacia arriba en una sartén. Con la punta de un cuchillo, les hago cortes en cruz sobre la piel. Luego, una cucharada de azúcar. Después, una taza de té de agua, vertida para disolver el azúcar. Luego, dos cucharadas de salsa de soja, sake y un sazonador tipo mirin. Solo hay que dejarlo a fuego medio.
Ahora, el acompañamiento… o más bien, un segundo plato principal. Pico un puerro en trozos del tamaño de un bocado y lo dejo a un lado en un plato. Luego corto un muslo de pollo en pedazos, lo sazono con sal y pimienta, y lo echo a una sartén engrasada. Este plato es para mi compañera de piso── se pone de mal humor si no hay un plato de carne contundente en la mesa. Una vez que el pollo empieza a dorarse, añado el puerro picado.
El aroma del pescado rojo al fuego se intensifica. La mezcla de azúcar, salsa de soja y grasa del pescado crea un olor dulce y salado que casi me embriaga.
Ahora, un plato más… Sopa. Vamos a mantenerlo simple. Echo algo de brócoli en una olla blanca como la nieve, añado agua suficiente para dos tazones, y un chorrito de dashi blanco. Una vez que hierve, está lista── sopa de brócoli terminada.
Todos los platos están listos y solo falta servirlos.
Solo queda que mi compañera de piso llegue a tiempo.
El reloj del salón avanza de las 6:58 a las 6:59.
Escucho una llave girar en la puerta de entrada. Ya llegó.
—¡Ya volví!
Su voz resuena, seguida por el sonido de la puerta abriéndose.
En el corto tiempo que le toma pasar de la entrada al salón, me enjuago las manos y las seco con una toalla.
Con pasos ligeros, Sakura Kouzuki entra al salón.
Me ve en la cocina y se acerca con los brazos abiertos.
—¡Abrazo de bienvenida para mi “ya volví”!
—Sí, bienvenida.
Sakura salta a mi pecho y me envuelve con los brazos.
Yo le devuelvo el abrazo. Más cercano aún que cuando se inclinó sobre mí en clase. Justo debajo de mi barbilla, veo la nuca de su cuello. Está a la altura exacta para que mi respiración natural le haga cosquillas en la piel. Disminuyo el ritmo de mi respiración apenas un poco. Esto es prácticamente parte de nuestra rutina diaria.
—Anda, ve a cambiarte. Yo termino de poner la mesa mientras tanto.
Aflojo los brazos para soltarla.
Pero Sakura no se aleja de mi pecho.
Me mira desde debajo de sus pestañas, protestando.
—Siempre tan frío. ¿Te costaría tanto al menos acariciarme la cabeza? Tu linda hermanita volvió sana y salva a casa hoy, ¿sabes? Di algo como “No te quedes afuera hasta tan tarde y hazme preocuparme… Eres mía, después de todo.”
—Lo siento, no podría decir una frase tan cursi de chico ideal de manga shoujo.
—Creo que no estaría mal que te comportaras como un súper darling al menos cuando estamos en casa… Ah, y solo para aclarar, me refiero a “súper darling” como el novio perfecto, no como Spy Darling. Solo una vez── ¡anda, intenta ser un súper darling casero!
—No hagas que suene como si fuera un señor feudal exagerado o algo así.
—Hmmph. Entonces, esto es una petición── ¡no como tu hermana, sino como tu novia!
Puse una mano sobre la cabeza de Sakura. Le di una caricia suave.
—…Buena chica.
Solo entonces se apartó de mí.
Fue a su habitación a cambiarse el uniforme por ropa de casa.
Antes de salir del salón, miró hacia atrás como si acabara de recordar algo y dijo:
—…Ese olor a pescado cociéndose en salsa de soja. Es tan agradable. En cuanto abrí la puerta, pensé, esto es lo mejor.
—También hay carne.
—¡Aún mejor!
Una vez confirmé que había desaparecido en su habitación, me lavé las manos otra vez en el fregadero.
Si Sakura lo hubiera visto, probablemente habría gritado: “¡Te lavaste la mano con la que me acariciaste!”
Aun así, sentarse a la mesa con las manos limpias es una regla de etiqueta universal.
¿Qué clase de situación es esta?
Si alguien hubiera escuchado la conversación entre Sakura y yo hace un momento, probablemente habría dicho eso.
Déjame explicarlo claramente.
Primero: Sakura y yo somos hermanos.
Segundo: También estamos en una relación romántica.
Tercero: Y vivimos juntos.
Eso es todo.
Mantenemos todo esto en secreto de amigos, profesores y cualquiera en la escuela. En la escuela, Sakura y yo actuamos como si no pasara nada, para que nadie lo descubra.
Si te estás preguntando cómo llegamos a este punto… tendrías que retroceder a nuestra época en la secundaria.
En aquel entonces, Sakura y yo no vivíamos en Tokio── asistíamos a una secundaria en otra región.
Cuando pasamos al segundo año, terminamos en la misma clase. Nuestros asientos estaban juntos al comienzo del año, y hablamos exactamente una vez── solo esa vez. Después de eso, nunca volvimos a hablar. Podrías habernos llamado desconocidos, y nadie lo habría discutido.
El punto de inflexión llegó poco después de que comenzáramos segundo año.
Sakura y yo nos acercamos── casi como por destino── debido a algo que ocurrió.
La madre soltera que me crió y el padre soltero que crió a Sakura se conocieron por trabajo… y se enamoraron.
No mucho después de enamorarse, llegaron a la conclusión de que el otro era alguien con quien podían caminar por la vida── como pareja.
Un día, Sakura y yo fuimos reunidos repentinamente por nuestros padres.
“Ustedes dos van a ser como hermanastros desde hoy, así que llévense bien.” Eso fue lo que nos dijeron. (Yo me convertí en el hermano mayor porque mi cumpleaños es tres días antes que el de Sakura.)
Sakura y yo apenas nos habíamos reconocido en la escuela, así que ambos quedamos completamente desconcertados.
…“Alguien con quien caminar por la vida” y “como hermanastros.”
Esa redacción vaga e incompleta fue la clave.
Verás, aunque mi madre y el padre de Sakura efectivamente juraron su amor mutuo… nunca se casaron oficialmente.
Ambos tenían sentimientos complicados hacia sus anteriores parejas, y desconfiaban de la institución legal del matrimonio. Querían amarse y apoyarse libremente, sin estar atados por formalidades. Ese era su deseo.
En ese momento, Sakura y yo estábamos justo en medio de la adolescencia. Así que, naturalmente, nos sorprendimos al principio… Pero sorprendentemente, no cambió mucho después.
Eso se debe a que ni mi madre ni el padre de Sakura dijeron jamás algo como: “Vamos a formar una familia de cuatro bajo el mismo techo.”
Yo seguí viviendo con mi madre. Sakura se quedó con su padre. Nada cambió en nuestra vida diaria. A veces mamá me contaba casualmente que las cosas iban bien con Ryoji-san── el padre de Sakura. Eso era todo.
Esos días llegaron a su fin al final de nuestro segundo año de secundaria.
A través de una serie de idas y vueltas── o tal vez simplemente las típicas interacciones adolescentes── Sakura y yo terminamos en una relación romántica. (Se lo contamos a mamá y a Ryoji-san justo después de empezar a salir. Pero como ahora, lo mantuvimos en secreto de nuestros compañeros y amigos.)
Hubo un día en que nuestra relación creció hasta el punto en que decíamos cosas como:
—¿No sería lindo huir juntos?
—Sí, totalmente.
Como una pareja típica.
Entonces, de repente, mi madre y Ryoji-san anunciaron que querían mudarse a Italia.
Mi madre, una sastre de trajes, quería estudiar sastrería napolitana. Ryoji-san, un entomólogo, quería realizar una investigación seria sobre insectos extranjeros. Por eso querían ir a Europa.
Aparentemente, llevaban mucho tiempo deseando establecerse en el extranjero, pero lo habían pospuesto para no arrastrar a sus hijos de secundaria. Pero ahora que estábamos en preparatoria, mamá pensó que era seguro darnos la opción: “Vengan con nosotros a Italia, o quédense en Japón.”
Sakura y yo elegimos quedarnos en Japón. Comenzamos a vivir juntos en un apartamento en Tokio que mamá y Ryoji-san alquilaron para nosotros. (Técnicamente, mi dirección registrada es uno de los apartamentos que mamá posee en Tokio. Gracias a eso, nadie en la escuela sospecha que Sakura y yo vivimos juntos.)
Yo quería ir a la misma preparatoria que Sakura. Ella lo deseaba incluso más que yo.
Ambos pasamos el examen de ingreso y nos mudamos juntos a Tokio en marzo de este año.
Desde que comenzó la escuela, hemos estado actuando como desconocidos en clase para que nadie lo descubra.
En casa, somos una pareja cariñosa── y unos hermanos demasiado unidos.
Llevando una doble vida.
Sakura y yo apenas estamos comenzando este nuevo capítulo de vivir juntos.
—¡Este pescado guisado está delicioso!
—Sí. Tiende a encogerse cuando lo cocinas en casa, lo cual me molesta un poco, pero el sabor es sólido.
—Este muslo de pollo con puerros también me encanta. ¡Es como el negima de yakitori── solo que sin los palitos!
—El sabor del pollo se impregna muy bien en los puerros. A mí también me gusta. Mientras seas cuidadoso con el momento de añadir los puerros, es bastante fácil de hacer.
—¡El brócoli de la sopa está súper tierno también. ¡Yum!
—¿Verdad? Lo descubrí hace poco── al parecer, el brócoli congelado que venden en los supermercados ya está escaldado en la fábrica. Hace que sea muy fácil de usar.
En la mesa del comedor.
Cena para dos.
Sakura puede parecer delgada, pero come mucho── más de lo que uno pensaría. Al verla sonreír así, siento por fin que la comida está realmente terminada, y suelto un pequeño suspiro de alivio.
Como siempre, hablamos de todo tipo de cosas.
Aunque vamos a la misma escuela y estamos en el mismo salón, Sakura y yo vivimos en mundos completamente distintos. Las cosas que me cuenta siempre se sienten nuevas y frescas.
(—¿Sabes Otani-kun, el del club de fútbol? Al parecer va a tener un duelo de penales con un senpai para competir por el puesto de titular. El club de eventos está vendiendo boletos── 1,200 yenes con una bebida.
—Kyoko-chan está planeando confesarle su amor a un senpai del equipo de baloncesto. Y ese senpai, después de enterarse por los rumores, salió con: “Ya tengo novia.”
—De regreso, me topé con Akino-san en la entrada abajo. Momosaka-san estaba con ella. Ni se miraron hasta que se cerraron las puertas del ascensor, y de repente entrelazaron los dedos como una pareja… ¡Fue tan incómodo para mí! Y luego, por alguna razón, Momosaka-san también tomó mi mano, así que los tres terminamos tomados de la mano hasta el décimo piso. ¿Qué fue eso…?)
Sakura y yo pasamos la mayor parte del día en el mismo espacio── tanto en la escuela como en casa.
Pero cuando reflexionamos juntos sobre el día así, me doy cuenta de cuánto me pierdo en mi propia rutina. Se siente como si hubiera vivido el doble del día habitual. Una extraña sensación de plenitud.
Entonces Sakura dijo:
—El recreo de hoy fue una obra maestra, ¿no, Onii-chan? En la escuela, siempre dijimos que yo interpretaría a la chica popular alegre, y tú serías el otaku estereotípico. Yo podía acercarme a ustedes, pero ustedes no podían acercarse a mí── esa era la regla. Pero hoy viniste hacia mí con tanta decisión, que no pude evitar ponerme feliz.
—Ah… eso. Honestamente, pensé que hoy te estabas pasando un poco. Si hubieras ido un poco más lejos, el resto de la clase habría empezado a sospechar. Algo como, “¿Por qué Sakura Kouzuki, la siempre alegre, está siendo tan cercana con solo el grupo de otakus?”
—¿Hmm… De verdad lo crees? Pero aún así siento que está totalmente bien. Quiero decir, para otras personas, la idea de que alguien como yo y alguien como tú salgan juntos es tan impensable que ni siquiera se les cruzaría por la cabeza. Así que creo que podemos ser bastante audaces y nadie sospechará nada.
—Bueno, es cierto… ¡Ah, espera! Acabo de recordar── dijiste: “Estoy segura de que al menos hay una persona en el mundo que podría enamorarse de un chico como tú, Otaku-kun.” Esa es una línea famosa de Gojou-san wa Oniyome, ¿no? Tsunakichi y Kikutarou no se dieron cuenta, pero en serio── eso fue cruzar la línea. ¡Tú eres la que se supone que es una otaku en secreto!
—Ahhh… sí, tienes toda la razón. Me dejé llevar… Amo tanto Gojou-ni que las palabras simplemente se me escaparon… Seré más cuidadosa…
Incluso con una expresión abatida, Sakura seguía levantando trozos de muslo de pollo y metiéndoselos a la boca con ritmo constante.
Yo tomé un sorbo de la sopa clara para humedecer mis labios.
—Bueno, tal vez hoy sea uno de esos días en los que ambos tuvimos la culpa, ¿sabes? Al final terminé respondiendo de una forma que no es muy típica en mí, y eso fue lo que llamó la atención de todos. Pensándolo bien, probablemente debería haber manejado las cosas con más cuidado.
—Sí. Pero…
Llevé un trozo de cebolla verde a mi boca. Cada ingrediente en la comida de nuestra familia está cortado para adaptarse a la boca pequeña de Sakura. Por eso, cuando uso los palillos, me siento innecesariamente refinado por alguna razón.
—Yo fui quien dijo que quería una relación secreta desde el principio.
El brócoli marchito desapareció en la boca de Sakura. Luego tomó otro trozo de muslo de pollo. Bastaba con una mirada a la carne pálida para notar que solo había sido sazonada con sal y pimienta. Esa belleza simple, sin adornos, le quedaba perfecta con su ropa de casa.
—…¿De verdad estás bien con mantenerlo en secreto?
—¿Hm?
—Digo, trato de actuar normal en clase, pero… ¿de verdad estás bien con que las cosas sigan así? ¿No es estresante estar fingiendo todo el tiempo?
Sakura me dedicó una sonrisa tímida.
—No es tan malo como crees. Honestamente, lo prefiero así. Supón que la gente en la escuela se entera de lo nuestro, ¿cierto? Y entonces mis amigas empiezan a hacer preguntas sobre ti. Estoy bastante segura de que pondría una cara de fastidio y soltaría un “Ocúpate de tus asuntos”. No podría evitarlo. Definitivamente habrá personas que piensen que salir con alguien como tú── un total otaku── baja mi valor, o que te digan cosas como “no te pongas arrogante”. ¡Solo imaginarlo me dan ganas de golpear a alguien! No quiero que nadie sepa lo nuestro. Por eso probablemente nunca hablaré sinceramente con nadie en clase.
—…Ya veo.
En la escuela, Sakura siempre tenía una sonrisa brillante para sus amigas. Pero yo sabía que, en el fondo, ella solo se enfocaba en cosas como lo reciente de la amistad, cuánto duraría, cuán funcional era… todas esas métricas basadas en el estatus. Mientras todos a su alrededor brillaban como la imagen misma de la juventud, Sakura no sentía nada por ellos. Y aunque no me lo explicaba con detalles, tampoco lo ocultaba.
Solo le devolví un leve asentimiento como respuesta.
Siempre ha sido decisión de Sakura cómo maneja sus amistades. Me hice a la idea de eso hace mucho tiempo.
Es la vida que eligió para sí misma── o quizás, la que se vio obligada a elegir por lo que ha vivido. Todo lo que puedo hacer es estar ahí para ella.
—Para alguien que no quiere que lo descubran, hablas bastante conmigo en clase. Eso podría hacer sospechar a alguien. ¿Alguna vez pensaste en simplemente no hablarme durante la escuela?
—¿¡Qué!? ¡Ni pensarlo! ¡Eso no va a pasar jamás! ¡Odio la idea de estar en la misma clase que tú y no poder hablar! Así que en clase actúo como alguien que habla con todo el mundo. De esa forma, si vengo a hablarte un par de veces por semana, nadie se extraña.
Increíblemente, Sakura había construido su personaje escolar únicamente para poder disfrutar su único e irrepetible primer año de preparatoria conmigo, sin causar problemas ni llamar la atención. ¿El resultado? Se había integrado perfectamente en el papel de chica amigable y extrovertida del grupo popular.
Encajó perfectamente.
Por impulso, pregunté:
—¿Qué te gusta de mí?
Los palillos de Sakura se detuvieron en el aire.
—Esa es una pregunta rara… Todo.
—Todo no cuenta.
—Ehh…
Sakura dejó sus palillos en el soporte, cerró los ojos, cruzó los brazos y empezó a pensar.
Sin darme cuenta, también dejé de comer y enderecé la postura.
Se quedó en silencio── mucho más de lo que esperarías en una conversación casual.
Entonces, Sakura abrió los ojos.
—¿Por qué quieres saberlo?
Preguntó. Podría haberle dicho que no respondiera una pregunta con otra, pero en lugar de eso, decidí contestar.
—…Supongo que es solo que… hemos estado juntos bastante tiempo ya.
—También en secundaria, — añadió Sakura, asintiendo.
Y ahí fue donde tropecé, sin saber cómo continuar.
¿Por qué le gusto? La pregunta simplemente salió, un comentario casual durante la cena. No estaba cargada de significado. No se suponía que llevara a un gran momento emocional.
Pero ahora que lo había dicho, de verdad quería escuchar su respuesta.
Por eso, cuando Sakura preguntó, “¿Por qué quieres saberlo?”, no quise simplemente decir, “Por nada”.
—…Creo que es porque las cosas cambiaron cuando pasamos de secundaria a preparatoria… Últimamente he estado tomando distancia inconscientemente y observando nuestra relación desde fuera. O sea, sin querer sonar arrogante, pero… somos el tipo de personas que podrían estar en el mismo lugar y jamás conocerse. ¿Sabes a qué me refiero?
—¿A qué te refieres?
—Ya sabes, a veces, aunque estás en la misma clase que alguien, pasas todo el año casi sin hablarle. Siento que, viéndonos desde afuera, caeríamos en esa categoría.
—¡No digas algo tan deprimente! Claro, hay chicas llamativas y chicos callados, pero los dos── tú y yo── somos únicos. No dejamos que un estereotipo nos detuviera. Nos elegimos mutuamente. Eso es todo.
—…Sí.
—De hecho, ahora que lo pienso, incluso dije antes que no hay forma de que alguien en clase sospeche que estamos saliendo. O sea, sí, si te guías por los estándares normales, personas como tú y yo no serían pareja. Hmm… ¿por qué me gustas, de todos modos…?
Sakura se quedó pensativa. Parecía que esta vez sí me daría una respuesta seria.
Cuando se quedó en silencio, sentí que el reloj del comedor desaceleraba.
Ni siquiera había pasado un minuto completo, pero ya me estaba poniendo nervioso. Por supuesto, no lo demostré. Me concentré en mantener una expresión neutral. Mientras tanto, Sakura lo hacía todo un espectáculo: tarareando “hmm hmm hmm”, cerrando los ojos, inclinando la cabeza.
¿De verdad estaba intentando encontrar una respuesta sentida para mí? ¿O simplemente no lo sabía?
Entonces Sakura abrió los ojos. Su expresión era tan deslumbrante que contuve el aliento sin querer.
Dijo:
—Quizás es porque… eres como un héroe.
Era algo extraño de decir.
El mayor elogio que se le puede dar a alguien, y sin embargo, increíblemente vago.
Un héroe.
Tanto en la ficción como en la vida real, es un concepto demasiado usado.
Me sentí mal por no darle a Sakura la reacción que probablemente esperaba, pero no pude responder con mucho entusiasmo.
—…Parece que quieres decir algo.
—Solo pensé… que es una frase bastante cursi.
—¿¡Qué rayos!?
—Y para ser honesto, no lo entiendo del todo. ¿Yo, un héroe?
No podía pensar en nada de mi vida diaria que encajara con esa etiqueta.
En este mundo, ya sea real o imaginado, hay todo tipo de héroes── tipos con trajes ajustados columpiándose por Nueva York, bomberos salvando niños de edificios en llamas… Hasta esa canción nostálgica en la tele el otro día llamaba “héroe” a un padre pasando por los torniquetes.
—Incluso hoy, defendiste a Tsunakichi-kun y Kikutarou-kun, ¿cierto?
—…De una villana llamada Sakura, eso sí.
—¡Qué grosero! ¿¡Qué clase de frase fue esa!?
Sakura hizo un puchero. Era obvio que no estaba realmente molesta, así que solo me reí.
—Bueno, esa “villana” también te salvó una vez, ¿sabes?
Lo dijo con un tono burlón.
Sakura de verdad dijo eso.
Viejos recuerdos comenzaron a emerger en mi mente. Normalmente flotan como escombros en lo profundo de mi cerebro, pero la voz de Sakura los sacó a flote, y empecé a sentir cómo tomaban forma.
Parece que la gente tiene algún tipo de mecanismo mental que fragmenta los recuerdos para evitar el shock directo de los flashbacks. Al menos, yo sí lo tengo.
Solté un leve suspiro por la comisura de los labios.
Una sonrisa ensayada── solo para aparentar.
Y funcionó de maravilla. Como remover un montón de hojas empapadas en la superficie de un lago sucio con un palo, dispersándolas en el agua… una especie de alivio melancólico burbujeó en mi cabeza.
Los recuerdos volvieron a hundirse en el fondo de mi mente, desvaneciéndose eventualmente de la vista.
—¡Ah, ya sé!
La voz alegre de Sakura.
—También me encanta cómo siempre echas tus calcetas a lavar al revés, cariño.
Descruzó los brazos y volvió a tomar los palillos.
Siguiendo su ejemplo, retomé los míos también, como si nada hubiera pasado.
Parecía que habíamos dejado de comer por una eternidad, pero el pescado rojo no se había enfriado── seguía caliente.
Esta es mi vida cotidiana.
Cenar todos los días con la chica más linda de la clase── es un secreto que jamás podría compartir, ni siquiera con mis amigos más cercanos.