Isekai Harem Monogatari - Capitulo 0
Prólogo
(Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio todo.)
Limly acurrucó su pequeño cuerpo en la oscuridad.
Gritos. Choque de metales. Explosiones. Carcajadas.
Se tapó los oídos para evitar que todo el ruido perturbador la alcanzara aquí abajo.
Presionó sus manos contra ellos, como si bloquearlo significara que nada de eso era real.
(Puedo volver a casa si hago esto.)
De vuelta a la aldea. De vuelta a ese bosque.
¿Se habían ido los monstruos que habían atacado?
¿Qué hay de su padre que se había derrumbado en un charco de su propia sangre?
¿Qué hay de su madre que la empujó hacia adelante y le dijo que huyera?
Había corrido obedientemente durante días a través del bosque para alejarse lo más posible.
Después, ella había conocido a estas personas. Eran los primeros adultos no elfos que había visto en su vida.
Le habían dicho que la llevarían de vuelta a casa si iba con ellos.
Pero… pero ¿era eso realmente cierto?
Nunca antes había visto el transporte conocido como barco. Tampoco había visto nunca el océano.
Los odiaba a los dos.
Los suelos y las paredes estaban pegajosas, todo se mecía de forma impredecible con las olas y la madera crujía a su alrededor. Incluso los gritos de los pájaros eran diferentes aquí.
Además, ¡la vista despejada hacia el horizonte la asustó!
Podía ver una y otra vez, pero no había nada allí. Eso había sido impensable en el bosque.
Siempre la ponía ansiosa por verlo.
¿De verdad sus padres la esperaban más allá de ese horizonte?
“Es cierto. Puedo irme a casa si hago esto.”
La brillante luz del sol caía sobre el suelo a través de la trampilla de celosía[1] del techo de la bodega.
Observó un punto de ese rayo de sol en la oscuridad y repitió lo mismo una y otra vez.
“Lo prometieron, así que tiene que ser verdad. Es verdad, es verdad, es verdad.”
Casi como si se hiciera realidad si ella lo dijera suficientes veces.
Lo siguiente que supo fue que todo el ruido se había ido.
“¡Capitán! ¡Hay otra bodega aquí!”
Alguien se asomó por la trampilla de celosía. Limly no podía verles la cara, pero hablaban con voz de mujer.
“¿Es ahí donde tienen a las esclavas?”
La respuesta también fue la voz de una mujer.
(¿Esclavos?)
Limly nunca había oído esa palabra antes. ¿Se refería a ella?
Su madre, su padre y los demás en la aldea nunca la habían llamado así.
Tal vez ella no había sido eso antes, pero ahora lo era.
Si es así, ¿cuándo sucedió?
Las dos mujeres continuaron su conversación.
“No, capitán. No veo a nadie aquí.”
“Mira con más cuidado. Mira, hay alguien en la parte de atrás. ¡Baja la escalera!”
La trampilla de celosía se abrió y una escalera de cuerda fue arrojada hacia abajo.
Pero Limly se quedó acurrucada y se negó a moverse.
“¿Qué pasó con los esclavos varones?”
“Se tiraron al océano. Creo que los asustamos.”
“Tch. No estamos lo suficientemente cerca de la orilla para nadar. Baja un bote para ellos. Pueden resolver el resto por sí mismos.”
Limly no sabía de qué estaban hablando, pero la conversación en el aire la asustó. La mujer a la que se refería como “capitana” tenía una voz salvaje que llenó a Limly de inquietud.
Cuando Limly no hizo ningún intento de subir la escalera, la capitana la llamó.
“Vamos arriba. No te preocupes. Mi equipo y yo nos ocupamos de todos ellos.”
Pero Limly todavía fingió que no podía oír.
Si subía esa escalera, tenía miedo de que todo lo que había creído se convirtiera en una mentira.
Ella no quería subir allí. Quería quedarse aquí para siempre.
El “ellos” que había sido “tratado” tenía que significar la tripulación de este barco. Estaba segura de eso.
(¿Por qué? ¡Prometieron llevarme con mis padres!)
La cuerda se dobló y luego alguien se deslizó hacia abajo en la bodega.
La mujer de pelo largo llevaba un gran sombrero tricornio.
Su cabello era de un rojo sangre. Nadie en la aldea tenía el cabello de ese color.
Después de un aterrizaje ágil, habló con Limly, que estaba acurrucada en la oscuridad.
“No soy una mujer paciente.”
La voz la identificó como la llamada “capitana”.
“¿No quieres huir?”
“…”
Limly no quería responder. Estaba segura de que abrir la boca significaría perderlo todo.
La capitana se rió a carcajadas.
“¡Haha! Ya veo. ¡Así que ni siquiera sabes cómo huir! Bueno, solo eres una niña.”
“¡Me escapé! ¡Justo como Mamá me dijo que lo hiciera!”
Sintiéndose como si se estuviera burlando de ella, respondió bruscamente, pero luego jadeó y cerró la boca.
“Ya veo. Ya veo. Jeje.”
La capitana levantó una ceja y se rió divertido.
(¡La odio!)
Limly no entendía de qué estaba hablando y la irritaba cómo actuaba como si entendiera todo sobre ella.
Pero mirar a la mujer no hizo nada para borrar la sonrisa de su rostro.
“Bien. Si quieres seguir siendo un esclavo, haz lo que quieras. Hasta que aprendas a huir, de todos modos. ¡Oye, sácala de aquí! Llévala al barco. ¡Viene con nosotras!”
La capitana agarró la escalera de cuerda, gritó hacia la cubierta y luego volvió a mirar a Limly.
“Soy Almera Almiralda. Soy bastante conocida por aquí como el temible capitán pirata del Lady Shark. Y a partir de ahora, soy tu nueva dueña. No te atrevas a olvidarlo.”
Las comisuras de su boca se elevaron en una sonrisa.
Era una sonrisa cruel.
Limly había encontrado una cosa más que odiaba.
[1] Imagínense una cuna de niños es bastante parecida.